¿La sumisión ‘verdadera’ es entrega BDSM, sacrificio por el placer del dom, o la parte sumisa busca su placer inmediato?
Cabe observar dos actitudes diferenciadas hacia la sumisión:
- Disfrutar de la sumisión por sí misma, del sometimiento en sí y, servicio, abnegación, entrega BDSM, sacrificio… empleando las prácticas como vehículo para sentirla y expresarla.
- Disfrutar de la prácticas bedesemeras, intensas física y eróticamente, usando la sumisión como vehículo para hacerlas coyunturalmente posibles.
El placer de la entrega BDSM en sí misma
Yo diría el primer tipo de actitud se relaciona con lo que solemos llamar ‘entrega’, sobre todo en un sentido duradero en el tiempo. O sacrificio, o ‘abnegación’. Esta línea tiene algo de mala fama, incluso con connotaciones cristianas o machistas, ya que sugiere que es algún tipo de esfuerzo que se sigue realizando incluso cuando ya no apetece a la persona sumisa, cuando ya no está excitada, o cuando no ha decidido dedicar un rato a la sumisión en sentido de ‘rendición’ voluntaria. Como si estuviera forzada a seguir entregándose en momentos en que preferiría dedicarse a sus cosas en vez de hacer tareas o esfuerzos para el dominante.
En esto hay dos aspectos: por un lado que, como digo, ya fuera de la excitación no apetece seguir esforzándose y, por otro lado: ¿por qué razón se seguiría realizando esa entrega BDSM? Hacerlo implicaría un sometimiento profundo a un señor, una subordinación más allá del placer directo obtenido (por morbosos/dolorosos que sean los medios). Y este puede ser un terreno, quizá, poco prestigioso.
‘Rendirse’ para alcanzar el placer
En este sentido las acciones dolorosas o las humillaciones concretas… son vistas como una entrega más puntual, voluntaria, una rendición erótica, relacionada con la excitación o provocándola. Y por lo tanto permiten al yo personal disfrutar de la pérdida de control temporalmente, experimentar las sensaciones intensas de las prácticas bedesemeras, y recuperar rápidamente el control tras el disfrute y el clímax.
Ocurre que a causa de las típicas cuestiones de denominación, a veces parece que se niega al segundo tipo la etiqueta de sumisa, o de ‘verdadera’ sumisa, con las consiguientes polémicas. En otras ocasiones a esa entrega más coyuntural, lúdica o en búsqueda del placer, se la denomina bottom, aun sin estar muy seguros del uso de estos términos extranjeros…
Yo pienso que ambos estilos son igualmente respetables, válidos, y pueden calificarse como sumisión, de un tipo u otro; máxime cuando es sentida como tal por la persona. Y, en cuanto a la denominación, personalmente me nace, para el primer tipo, usar el término ‘esclava’, en sentido laxo por supuesto, o como decía mi sumisa: ‘esclava moderna’, ya que no conlleva un control económico ni familiar. Pero sí la actitud de sumisión constante y disponibilidad en todo momento para el servicio, obediencia, control mental y sacrificio…
¿Pero en la entrega BDSM, ‘abnegación’ o sacrificio no hay placer?
Por supuesto que existe satisfacción, mental e incluso excitación física. La cuestión es si uno trata de perseguir en primer lugar la satisfacción propia (por ej.: sentarse cómodamente) o seguir en primer lugar el deseo del otro (estar de rodillas, lo cual es doloroso, incómodo y no primariamente deseado), pero que de ese cumplimiento o sometimiento nace un placer, excitación, morbo, o satisfacción a otro nivel.
Este segundo nivel de satisfacción no es sentido por todo el mundo (y no pasa nada, pero tampoco por ello hay que negar que existe), sino por quienes tienen ese tipo de morbo específico (que para mi, en particular, representa como decía, una forma de esclavitud).
Otras muchas personas también pueden sentirlo pero SOLO SI están muy excitadas y como ‘rendición’ momentánea, ‘abandono’ puntual producto de esa excitación; pero no fuera de ella, ya que con facilidad recuperan la exigencia o expectativa de satisfacción directa.
Y por último mucha gente, quizá la mayoría, no extrae excitación o placer más que de lo que es primariamente y directamente deseado por ellos. Y por supuesto, entre estos tres estadios hay muchos puntos intermedios de graduación según mil factores personales, de carácter, de edad, de época de la vida, de lo que sea…
Excitación y sumisión…
Creo que en esto un punto clave está en la mayor o menor relación de la práctica BDSM con la excitación directa, erótica. En algunos casos la práctica (postura, dolor, obediencia) está muy relacionada con la excitación fuerte del momento, y es rechazada una vez fuera de dicha excitación (en casos muy acusados ocurre que con el orgasmo desaparece buena parte de la sumisión, al igual que, a veces, desaparece también buena parte de la dominación…).
En otros, la obediencia, el servicio, la entrega BDSM, están más desligados de la excitación o expectativa de placer próximo y pueden por tanto extenderse fuera de la sesión, en forma de ‘esclavitud’ general (para ello hace falta una tendencia fuerte, a nivel de carácter); produciendo en todo caso una nueva forma de satisfacción, excitación o morbo profundo, por el propio hecho de someterse…
Respetar los diferentes estilos y sentires
Para terminar, me parece muy importante asumir que existen diversos modelos (y más de los comentados aquí, pues está también el ‘spanking’ —para profundizar en este atrayente estilo: El rincón de una spankee—, el fetichismo, el masoquismo y otros) y que no parece conveniente darles a unos el carácter de ‘auténtica’ sumisión frente a los demás, pretendiendo que son más ‘verdaderos’…; sino, como suelo decir, interesarse en profundizar en las particularidades, resortes, intereses, pautas… de los varios tipos y estilos perversos, conocerlos, poder disfrutarlos quizá y, por supuesto, respetarlos.
El texto recoge textos aparecidos en dos hilos de debate que tuvieron lugar en Fetlife en octubre de 2020; particularmente en éste.
Muy bien explicado los diferentes conceptos, a mí me resulta siempre un tanto complicado ahondar en los distintos términos de la sumisión. Gracias a que tengo diferentes amistades con distintos roles y aprendo mucho de ell@s. Mi forma de verlo es que la sumisión y/o esclavitud se siente o no se siente, y no tiene nada que ver con pasar un rato divertido a base de azotes, yo no me veo en un lado ni en el otro, no me considero ni sumisa ni bottom. Para mí la diferencia radica en que la parte sumisa/esclava busca la aprobación y el orgullo de su Amo, y la parte bottom busca su propio placer en un momento puntual. Aunque la parte sumisa también disfruta en la entrega pero la diferencia es brutal en la forma de vivirlo… No digo que sea mejor o peor, sólo totalmente diferente. Y no quiero quitar más importancia a una forma de vivirlo que a la otra ni a las otras tantas que hay, es imposible hablar de los distintos sentires de cada un@. Todos son igual de válidos y a la vez totalmente diferentes. Al final para mí es encajar con la persona adecuada en todos los sentidos y no sólo en la parte sexual.
Mil Gracias por acordarte de mí y por nombrarme en el post :)), y por distinguir el spanking del Bdsm. Te lo agradezco mucho porque no todo el mundo es capaz de ver la diferencia.
Cloe, qué gran párrafo, comparto tus consideraciones, como que la sumisión y/o esclavitud es un sentimiento interno y diferente de las sensaciones físicas de una sesión, así como que ambos estilos o sentires son plenamente válidos y que se trata ante todo de tener la suerte de encajar con alguien…
En cuanto a la mención, gracias a ti por lo que aprendo en tu blog de ese estilo que veo con mucho morbo e interés y en el que he profundizado sobre todo con tus posts 🙂
La sumisión no es sólo sexo. La sumisión no es que algo se pueda aprender. La sumisión es belleza. Es la belleza que refleja el alma de una mujer sumisa!
Gracias por compartir este gran trabajo!
akasha, mil gracias por tus palabras; me alegra mucho que te haya gustado 🙂