Desde la primera vez que vi en la tele el programa El encantador de perros, me sentí interesado por el estilo y la filosofía del protagonista, Cesar Millán. Me atrajo la forma en que trata y reeduca a los perros conflictivos que los preocupados propietarios dejan a su cargo.
Este interés es bastante curioso porque a mi no me gustan especialmente los perros ni las mascotas en general. Nunca he tenido un animal doméstico ni tengo plan de tenerlo. Por lo tanto estaba claro que ese interés tenía que ver con la educación y sumisión de otro tipo de ‘perritas’ 😉 Así que cuando el otro día vi en el VIPs la edición de bolsillo de su libro, no dudé en echarle mano. Estas son algunas ideas que encuentro interesantes y que de alguna manera me parecen aplicables a las relaciones de dominación / sumisión entre seres humanos
En su estado natural, los perros viven en manadas y es natural para ellos seguir al jefe del grupo. El lider es quien fija las normas, lo que se hace y lo que no se puede hacer. No lo hace a través de la imposición, ni de la violencia, ni con engaños. Simplemente tiene la seguridad y la responsabilidad de decidir y sabe transmitir esa fuerza con una energía tranquila y firme (calm-assertive energy). Me interesa esta ‘firmeza tranquila’, me identifico con esa idea y me propongo cultivarla…
Para el resto de los perros de la manada, la energía natural es de sumisión tranquila (calm-submissive energy), y en ese estado espontáneo es cuando el perro se desarrolla con salud y alegría. Por el contrario, si el funcionamiento de la manada es confuso, no hay lider o este no determina con claridad la línea a seguir, surge el nerviosismo, conductas extrañas, a veces angustiadas y otras agresivas… se observa entonces que el perro está inquieto, insatisfecho; no es feliz en suma.
Para los perros domésticos la familia o grupo de gente con quien viven es su ‘manada’, y de la misma manera esperan una estructura clara en la que moverse tranquilos. De la capacidad del dueño para marcar esas normas y límites con seguridad y firmeza depende que alcancen su estado ideal de sumisión tranquila.
A veces por cansancio, desconocimiento, debilidad…, fallamos en presentar esas reglas claras, permitimos que el perro haga lo que quiera, damos ordenes contradictorias, nos irritamos con el y gritamos… Entonces (o por otras razones de la personalidad de la mascota) pueden llegar las conductas maniáticas, agresivas, nerviosas…
En ese momento es esencial que el perro entienda que no puede conseguir nada (nada de comida, de afecto, de juego… de lo que sea) con ese comportamiento histérico o alterado. Aquí la firmeza tranquila del amo es esencial, para no caer en la tentación de ceder y para evitar también enfadarse, ser autoritario… Solo cuando el perro se relaje y se muestre tranquilo y sumiso obtendrá su recompensa; así va aprendiendo la actitud adecuada y sana para el.
Por supuesto no pienso que las personas funcionen exactamente de la misma manera; está claro que hay un montón de factores diferentes. A pesar de ello, algo en lo referente al funcionamiento del grupo, al liderazgo, a la energía de las personas, me parece muy sugerente y digno de tener en cuenta. Otro día contaré algún consejo más de El encantador de perros.
A mediados de septiembre me darán el perrito que he comprado, entre los textos que tenía pensado adquirir está este, por supuesto. Yo también he visto su programa y es fascinante. De hecho me gusta mil veces más que la mujer que hace el mismo programa, pero aparentando ser una dómina amargada; de hecho me cayó mal desde el mismo momento en que vi la presentación de su show, se presenta con un látigo y medio vestida de cuero… Si lo que quería era captar perros de raza humana, solo tenía que poner un anuncio en el periódico.
Por el contrario César es tranquilo, encantador, sonríe y lo soluciona todo en vaqueros y sin látigos.
En fin, es que lo de su compañera la domadora me mató.
Un saludo!
Alguien a quien no le gustan los animales, jamás podrá ser humano con nada ni con nadie. Ellos son quienes enseñan a ser mejores en todos los sentidos. En todos…