Estos son varios fragmentos sobre cómo entiendo yo la humillación (qué es la humillación erótica) escritos en Fetlife desde octubre de 2017, aunque recopilados, completados y publicados aquí, en junio de 2020. Ni que decir tiene que estas actividades deben ser algo aceptado por las dos partes y desarrollado en un entorno seguro.
La humillación como autoaceptación y desnudez profunda
(12-10-2017) La humillación tiene mucho de autoconocimiento, ya que es un desnudarse de las máscaras que nos ponemos para encubrir nuestra verdadera realidad y que acaban pegadas a nosotros: prejuicios, el orgullo, la necesidad de ‘quedar bien’… Cuando al fin puedes abrirte y vivir/mostrar tu verdad por muy ‘indigna’ que sea o parezca según el qué dirán o lo que nosotros querríamos mostrar… (en un entorno seguro, por supuesto), alcanzas una nueva dimensión de ti misma, que solo sospechabas, o ni eso. No es que hagas algo no deseado, sino que se te anima a bajar tus defensas para que salga lo que realmente llevas dentro… Y eso es como una droga de excitación, morbo… y tienes que seguir siendo eso; la imagen externa de ti misma que tenías montada antes ya te resulta superficial y falsa.
(19-02-2018) La guinda de la humillación es la excitación que produce. Es como una ‘re-humillación’, pues no solo estás exhibiendo tus deseos animales o ‘defectos’ de manera vergonzosa sino que eso —y es importante hacerlo evidente— te excita ‘como a una perra’… (si no hay esa excitación podemos sospechar que en vez de humillación se está produciendo simplemente insulto).
Además del morbo, no es raro que la humillación produzca una liberación y relajación grandes y beneficiosas. Es porque frecuentemente nos cuesta un esfuerzo constante, una tensión agotadora (y a veces sin darnos cuenta), el mantener la imagen que queremos dar, disimular a todas horas lo que no queremos mostrar etc… Entonces en la humillación se da a la persona la ocasión de relajar esa tensión en un entorno seguro y poder mostrarse abiertamente con sus propios defectos sin tener que mantener ese esfuerzo constante del orgullo y la autoimagen.

(25-4-2019 …y posterior) En todo caso la humillación es una de las palancas eróticas más potentes. Para mí significa abandonar todo intento de ‘quedar bien’, de mantener el orgullo o una actitud ‘digna’, y mostrarse tal cual, bajando las defensas del yo, con desnudez completa incluso en lo más vergonzoso (lo cual varía de persona a persona). Para el dom, la entrega recibida es muy intensa y profunda, el poder puesto en sus manos, muy excitante.
Humillación – Tres situaciones o escenas humillantes
Menciono aquí algunas situaciones o acciones de humillación. Por supuesto los participantes deben ser de alguna forma afines a este tipo de situaciones, es decir ser capaces de sufrirlas/disfrutarlas, no solo padecerlas… No es aceptable propiciarlas con personas que no están en la onda correcta, pues sería lógicamente contraproducente e incorrecto.
-Ser inducida a hacer algo sexual vergonzoso / humillante (que es variable según la persona: acciones en público, en posturas vejatorias, prácticas anales, prácticas con dolor…) , mostrando su cara más ‘animal’. Hay que aumentar entonces gradualmente la excitación hasta que llegue un placer intenso y liberador; la humillación es doble: realizar la actividad vergonzosa y admitir (ante los demás y ante sí misma) que esa degradación le produce realmente placer, aunque ella no quisiera admitirlo.

Y admitirlo no verbalmente sino con orgasmos repetidos, gritos, súplicas de más etc… Buena parte de la humillación es interna, al descubrir la persona misma lo muy ‘guarra’ que es, un nivel de guarrería ‘animal’ que no sospechaba, o que en el fondo sospechaba y que secretamente ansiaba ser forzada a ‘sacar’.
Hay que notar que para que haya humillación tiene que haber en la persona algo de pudor, de timidez, de vergüenza. La humillación no casa bien con el exhibicionismo (así como la entrega y el sacrificio no van del todo bien con la personalidad masoquista…). Lo mejor es que exista un sentido del ridículo, conciencia de la autoimagen, de lo que es correcto o presentable, para que la persona pueda luego desprenderse de ese ropaje, sentir la vergüenza, y aceptar la humillación doble de mostrarse desnuda de cualquier prestigio o dignidad, como un animal; y de admitir, a la vez, la fuerte excitación que esa desnudez ‘indigna’ provoca. Esto está en relación con la intensidad grande de la humillación pública…

-Otra situación intensa; para la que hace falta mucha confianza y una aceptación total de forma que no afecte a la autoestima, sino que la actividad se mantenga en el terreno de lo lúdico / morboso: Si la mujer (u hombre, en su caso, como es lógico), como nos ocurre a todos, no tiene un físico ideal y perfecto, y anda quejosa de tales o cuales ‘defectos’; puede hacérsele desnudarse y mostrar a su pareja (o grupo de amigos…) con detalle todas sus imperfecciones (zonas de celulitis, excesos de grasa, partes caídas…, etc.). Hay que hacer el juego muy detallado, instándola a coger con los dedos y mostrar las zonas en cuestión, apretándolas, tirando de ellas… y que ella misma comente objetivamente todas las supuestas imperfecciones… La otra persona o personas pueden hacer comentarios también.

Parte de la situación puede ser el juego de que tales ‘defectos’ merecen un castigo, que puede venir como golpes en las distintas zonas presentadas, una vez recibidos los golpes en una zona, de pie ante los demás, el ‘defecto’ es ‘perdonado’. Esta estimulación, junto a la humillación misma, produce una excitación y liberación grandes. La aceptación física tras la actividad debe ser plena y auténtica.
-Otra forma de humillación es mantener a la persona en un estado habitual de excitación sexual, con tocamientos y penetraciones periódicas, masturbación frecuente pero sin alcanzar culminación (‘controles’ o edging), ir penetrada con bolas chinas, plugs, llevar cuerdas que rocen, pinzas… Algunas variantes:
- asistir a reuniones de trabajo con pinzas en los labios, plugs anales, huevos vibratorios…
- antes de actividades sociales exigentes ir al servicio y ponerse al borde del orgasmo.
- como añadido a lo anterior: no poder lavarse las manos tras excitarse en los servicios del trabajo o de una cafetería.
- realizar ‘controles’ (edging) de forma periódica todo a lo largo de la jornada.
En resumen todo aquello que mantenga las zonas erógenas constantemente húmedas, deseosas e insatisfechas, tanto durante la vida cotidiana como, sobre todo, en situaciones sociales (laborales incluso, dentro de lo factible y razonable) en las que hay que ‘mantener el tipo’ mientras se está muy caliente, con el cuerpo abierto, penetrado… Aunque todo se produzca realmente en secreto, la persona se siente azorada, avergonzada y humillada por su propia excitación, sensaciones físicas, olores… una sensación de desnudez profunda que parece que todo el mundo a su alrededor está presenciando…

Sólo añadir un comentario respecto a los daños que la humillación pudiera producir…
En cuanto al dom, hay y tiene que haber siempre una aceptación de las vergüenzas mostradas y ofrecidas; un cuidado de la autoestima de la persona, haciendole sentir alta valoración y el mérito de entregarse sin disimulos ni disfraces. Al menos en mi caso eso ha de quedar claro y es la base de todo.
En cuanto a otros ámbitos de la vida de la parte sumisa… no veo tampoco daños ya que se trata siempre de un proceso personalizado, una interacción con una persona específica. De la misma manera que bajar las defensas físicas en una sesión son tu amo no implica que luego te dejes pegar ni maltratar en el trabajo…; igualmente bajar las defensas del yo y mostrar tus vergüenzas en una situación muy específica ante el dom, no implica para nada que luego tengas que seguir mostrándolas en situaciones sociales. En situaciones sociales la parte sumisa (e incluso el dom, que se 'desnuda' en la sesión también en buena medida) retomará su 'máscara', ofreciendo determinada autoimagen y manteniendo bien ocultas las 'vergüenzas' que ha exhibido morbosamente para el amo…
(19-02-2018)