Me encanta pasar las tardes del fin de semana relajado en el sofá. Ver la Fórmula 1, alguna película… sin prisas y sin pensar en preocupaciones ni deberes. Es también buen momento para adiestrar y jugar con Myia. Y para disfrutar de unos largos preliminares en el sofá. Todo empieza con ella retozando o acurrucada sobre mi en el sofá…
Ella está en todo momento desnuda durante el fin de semana. Por supuesto que me gustan cosas como la lencería negra, las medias… también corsés o determinadas prendas de cuero. Me gustan más bien para mirarlas un momento, por la cosa estética pero soy escasamente fetichista; ni del pie, ni de los zapatos, ni de los ligueros… tampoco del cuero. En cuanto al látex me da un poco grima, la verdad.
Algunas de esas cosas están bien visualmente pero en seguida me resultan un obstáculo o barrera para el acceso inmediato y sin restricción al cuerpo de la sumisa. Incluso llego al extremo de ponerle sólo muy de tarde en tarde su collar de cuero rojo porque me impide besar y morder su cuello a gusto, cosa que me encanta (y a ella).
Desde el punto de vista de ella, considero que la costumbre de la desnudez es muy beneficiosa. Pienso que los adornos, la ropa, las prendas eróticas; son en cierto modo defensas, agarraderos para la coquetería, para el orgullo, para la provocación. Y yo quiero que ella se sienta desnuda de todas esas defensas, plenamente expuesta en todo momento; sin el menor obstáculo para mi ojo o mi mano.
No quiero que oculte ni disimule sus defectos ni que proteja sus pezones irritados ni que pierda de vista sus marcas. Prefiero que se sienta disponible y abierta, asumiendo que con un solo movimiento sus carnes pueden ser tomadas o sus agujeros mas íntimos penetrados.
Así que de verdad es muy agradable tenerla sobre las piernas, en el sofá y acariciarla jugando con su cuerpo relajado. Prefiero que sean caricias distraídas, casuales; mientras pongo mi atención en otros asuntos de mi interés. Y he notado que ese tipo de contacto con su cuerpo –sin darle importancia- también le resulta a ella especialmente excitante, a veces más que una situación buscada y ceremoniosa. (Esta escena del sofá no parece muy frecuente, pues no es fácil encontrar fotos en la web para ilustrarla. Por cierto que tengo muchas fotos de Myia pero ella siempre se ha negado a verse publicada y hay que respetarlo)
Son caricias, masajes, pellizcos, penetraciones que se prolongan durante rato, mientras se desarrolla una carrera de moto GP por ejemplo. Durante todo ese tiempo su cuerpo es como ese paquete de tabaco vacío con el que jugamos con las manos sin pensar mientras charlamos o hacemos otra cosa. Ella está totalmente relajada, sabiendo que es un objeto al que no se presta atención, pero que es usado, abierto, estrujado, ensanchado… solo por el capricho de las manos, sin concederle ninguna importancia.
Pasa el rato y noto que la excitación de Myia es cada vez mayor, realmente muy elevada. Al no prestarle yo atención, se abstrae de todo lo que le rodea, su cuerpo está muy relajado, tibio, blando, palpitante… Gime y suspira, sus caderas se ondulan suavemente. Sería muy fácil hacerla culminar en ese momento, o levantarme y usarla sexualmente. Pero yo sé que ella tiene muchísimo más que dar. Así que debe esperar hasta que yo me canso de la programación, literalmente chorreando bajo la acción constante de mis manos sobre su cuerpo abandonado.
Es entonces cuando empiezo a centrar mi atención en ella; normalmente la hago arrodillar en el suelo ante mí; los brazos en la cabeza y las piernas y la boca abiertas. Con el cuerpo bien preparado y lista para entregarse sin restricciones a una sesión que incluirá práctica de posturas, esfuerzo físico, entrenamiento de los orificios corporales, humillación, aceptación de dolor… (no necesariamente todos cada vez). Su entrega es profunda y su excitación raramente disminuye; luego, hacia el final, será usada sexualmente como premio.
Me encantó cómo describes esas tardes de fin de semana. Creo que son situaciones que a todas las mujeres nos seducen, y es que donde esté un hombre que sabe lo que se hace que se quiten todos los "figuras" que lo único que buscan es el polvo rápido y facilón.
Un beso
Interesante relato de un ocioso fin de semana de sofá y TV, un punto de vista diferente.
Si me encantò. Coincido con marìa son las situaciones que el menos a las mujeres sumisas nos pueden.
Excelente relato, que muy bien plasma el deseo de sumisiòn para ambos roles.
Me gusta tu blog
Un beso flordelis{SAA}
Me ha encantado descubrir este rinconsito donde me he sentid tan identificada.
Mis respetos y felicitaciones y si me lo permite le sigo para continuar leyéndolo.
bella{SLd}